La Prefectura de Policía de Marrakech desmintió categóricamente las acusaciones difundidas por una ciudadana británica, quien afirmó haber sido objeto de un trato indebido por parte de agentes de la policía de fronteras en el aeropuerto Marrakech-Menara.
En un comunicado oficial, la institución explicó que se abrió una investigación interna y se revisaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia de las zonas de llegada y embarque, concluyéndose que las alegaciones carecen de fundamento y requieren rectificación.
La pasajera llegó al aeropuerto el 31 de julio a las 11:00 de la mañana sin poseer un pasaporte válido que le permitiera entrar en territorio marroquí, tal como exige la legislación nacional sobre la entrada y residencia de extranjeros.
La coordinación con la aerolínea no permitió localizar el documento de viaje extraviado, declarado perdido por la interesada, por lo que se le denegó la entrada al país y fue repatriada ese mismo día en el primer vuelo disponible hacia su país de origen.
La Policía de Marrakech subrayó que las imágenes de las cámaras no revelaron ninguna prueba que confirmara las acusaciones, recordando que la entrada y permanencia de los extranjeros en Marruecos están reguladas por un procedimiento legal estricto.