
El Rey Mohammed VI da inicio a las obras de ampliación de la línea de alta velocidad (LGV) entre Kénitra y Marrakech, un proyecto estratégico que transformará radicalmente la conexión entre el norte y el sur del país.
Se espera que Tánger sea una de las ciudades más beneficiadas con este proyecto, ya que el tiempo de viaje se reducirá a 1 hora hacia Rabat, 1 hora y 40 minutos hacia Casablanca, y tan solo 2 horas y 40 minutos hacia Marrakech, en lugar de más de cinco horas actualmente.
El proyecto también incluye las ciudades de Kénitra, Rabat, Casablanca, Benslimane y Marrakech, con la construcción de una nueva línea ferroviaria que alcanzará velocidades de hasta 350 km/h, nuevas estaciones, y una conexión directa con los aeropuertos de Rabat y Sidi Maârouf (Casablanca), así como con el nuevo estadio de Benslimane.
Esta red avanzada permitirá fortalecer la integración territorial entre el norte y el sur del Reino, mejorar notablemente la experiencia de viaje, reducir las desigualdades regionales y fomentar la inversión y el turismo, especialmente en las ciudades de Tánger, Rabat, Casablanca y Marrakech.
El proyecto forma parte de un programa ambicioso con una inversión total de 96 mil millones de dirhams, que incluye también la adquisición de 168 nuevos trenes y la modernización del transporte urbano en tres ciudades principales: Casablanca, Rabat y Marrakech, consolidando así la posición de Marruecos como referente regional en movilidad sostenible.